Al desarrollar un proyecto para la instalación de una fuente, se debe determinar la viabilidad de la ejecución del proyecto diseñado.

Antes de proceder, se debe considerar la ubicación, finalidad, el mantenimiento y la viabilidad de la fuente.

Las fuentes pueden verse afectadas por diversos factores ambientales; los fuertes vientos, el polvo, el sol y las temperaturas extremas afectan a la calidad del agua y a la longevidad de los equipos de la fuente.

De igual importancia es el propósito de la fuente, este puede ser entre otros; decorativo, de recreo, de alteración de factores ambientales para mejorar el confort, para la proyección de imágenes, para resaltar o aumentar la atención sobre un lugar determinado, para oxigenar el agua con la intención de mejorar su calidad,  y un largo etcétera.

Las fuentes en las que la gente pueda interactuar con el agua precisan de la instalación de equipos específicos de protección que aseguren un uso fiable y seguro. En este aspecto, la protección de los niños es imperativa. A estos efectos, muchas autoridades o competencias consideran las fuentes como piscinas, requiriendo en ellas la instalación de equipos para filtración, desinfección, esterilización y protección eléctrica especifica.

Todas las fuentes necesitan un continuo mantenimiento (aun cuando este sea el mínimo posible) con el fin de asegurar su durabilidad, tanto constructiva como estética. El proyecto de una fuente debe recoger los requisitos de mantenimiento necesarios para mantener la buena calidad del agua y evitar la obstrucción de las boquillas de fuente. El presupuesto, el propósito y el sentido práctico se deben considerar para establecer la factibilidad de la instalación de una fuente.

El diseño de una fuente se divide en seis áreas; selección y especificación de materiales constructivos, sistemas mecánicos, sistemas eléctricos, cálculos hidráulicos, detalles constructivos y elementos especiales.